¿Cómo es el proceso de una rinoplastia?
Una rinoplastia es una intervención estética que tiene como objetivo modificar la forma de la nariz, siendo un proceso que admite todo tipo de situaciones como cambiar el tamaño, modificar la forma de la punta o el grosor de los orificios nasales entre otras muchas opciones. Además de mejorar la estética, la rinoplastia puede ser de gran ayuda para mejorar la respiración. Con todo, no es extraño que sea una intervención muy demandada y una poderosa razón para buscar clínicas de cirugía estética en Huelva.
En cuanto a la intervención hay que saber que la rinoplastia tiene una duración aproximada de 2 horas, aunque el tiempo del proceso dependerá de las características que presenta cada caso. Se lleva a cabo bajo anestesia local o general, por lo que el paciente no sentirá dolor durante el proceso. En cuanto a la intervención, consiste en separar la piel de la nariz, tanto del hueso como del cartílago y, posteriormente, modificar y esculpir hasta conseguir el resultado deseado para acabar redistribuyendo la piel y suturando. El último paso será escayolar la nariz y tapar las fosas nasales para evitar el sangrado y para conseguir la estabilización del tabique nasal.
Proceso de una rinoplastia
Cualquier intervención estética se inicia con una valoración previa de la situación, en la que el paciente explicará su problemática con el objetivo de que tanto él como el profesional acuerden la intervención y los objetivos de la misma. A día de hoy contamos con la ayuda de la tecnología avanzada que nos permitirá visionar el posible resultado de forma aproximada. Al igual que la amplia mayoría de procesos estéticos, está intervención está indicada para personas mayores de 16 años.En cuanto a la intervención hay que saber que la rinoplastia tiene una duración aproximada de 2 horas, aunque el tiempo del proceso dependerá de las características que presenta cada caso. Se lleva a cabo bajo anestesia local o general, por lo que el paciente no sentirá dolor durante el proceso. En cuanto a la intervención, consiste en separar la piel de la nariz, tanto del hueso como del cartílago y, posteriormente, modificar y esculpir hasta conseguir el resultado deseado para acabar redistribuyendo la piel y suturando. El último paso será escayolar la nariz y tapar las fosas nasales para evitar el sangrado y para conseguir la estabilización del tabique nasal.