Se ha demostrado que los factores genéticos no
solo influyen en la predisposición a padecer obesidad, también se ha visto que
juegan un papel importante en la pérdida de peso.
Entre todos los polimorfismos relacionados con el
riesgo de obesidad se ha comprobado que dos de ellos, localizados en
los genes FTO y TCF7L2 determinan cuál debe ser el aporte
calórico de cada macronutriente ideal (grasas, hidratos de carbono y
proteínas) en una dieta hipocalórica para conseguir una mayor y más rápida
pérdida de peso.
Estos nuevos conocimientos permiten desarrollar una dieta personalizada en función de tu ADN,
lo que te garantiza de ante mano resultados palpables y es que la composición genética de los individuos incide en la eficacia de los tratamientos para
perder peso. Además, con estos estudios genéticos, el análisis del polimorfismo
del gen TCF7L2 permite determinar
si existe un mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.